Hacer ejercicio regularmente es importante para mantener fuerte tu cuerpo y mente. Es muy necesario para la salud.
Al igual que realizar deporte para cuidar tu salud corporal y mental, también es importante cuidar tu salud emocional, que también repercute en tu salud mental.
Por eso es necesario hacer "pesas emocionales".
Las pesas emocionales
Salir de la zona de confort puede ocasionar mucho miedo, pánico o incluso terror. Sin embargo, hacerlo es necesario para avanzar. Es importante que de vez en cuando entrenes más allá de tus capacidades actuales.
Por ejemplo, si eres una persona muy tímida, puedes probar a ir poniéndote retos hasta ir logrando superar tu timidez.
Al igual que sucede cuando haces deporte, no será fácil al principio... Hasta que adoptes una rutina con la que te sientas cómodo. Cuando ya tengas tu rutina, deberás de ir regulando la intensidad y la cantidad de tus interacciones.
Esto no solo se aplicaría a las personas tímidas que quieren dejar de serlo, sino también a cualquier tipo de característica social que se desee mejorar. Por ejemplo, si eres demasiado reactivo en las conversaciones o sientes que te pones demasiado agresivo, te convendría ir mejorando la forma en la que te diriges a los demás.
1. Reconocer el problema
Sé lo que duele decirte a ti mismo que no te gusta cómo te relacionas con los demás. No es nada agradable. Pero tampoco es nada agradable ser gordo, mirarte al espejo y decirte a ti mismo "soy gordo, necesito hacer deporte y mejorar mis hábitos". Por tu salud, es necesario enfrentarse al miedo que supone reconocer tus errores.
¿Ves a aquel tipo musculoso que tienes a lo lejos y se ve tan bien? ¿Me creerías si te dijera que en una vida pasada lo pasó realmente mal cuando reconoció que era gordo y tenía que cambiar?
Pregúntate: ¿Ahora eso qué importa?
Y ten pon seguro que:
Si ese hombre no hubiese reconocido nunca que estaba gordo, ahora seguiría siendo gordo.
Por lo tanto, lo primero es reconocer que tienes un problema. Ese es el paso más importante, pues es el principal antes de cambiar tu vida.
Puede que no tengas ningún problema con tus habilidades sociales. Puedes que estés "en forma" emocional. En cualquier caso, recuerda que, al igual que sucede con el deporte, que es necesario practicarlo para mantener tu cambio físico, también es necesario mantener tu "forma emocional".
2. Sé constante
De nada sirve esforzarse por unos días si luego vas a abandonar el hábito durante semanas o incluso meses. La idea es que seas constante, al igual que sucede con el deporte. La constancia es una de las claves del éxito.
Si una persona acostumbrada a hacer deporte deja de hacerlo durante un largo periodo de tiempo y quiere volver a retomar el hábito, le costará. Lo mismo sucede con el deporte emocional. Postergar demasiado tu entrenamiento emocional no es buena idea.
Pero tampoco te olvides del descanso, el cual es muy importante.
3. Descansa
Cuando haces ejercicio, necesitas descansar entre cada repetición para poder recuperarte. Es una parte importante del entrenamiento. Por lo tanto, no te olvides de descansar.
Estar cansado o incluso sentirse muy triste después de haberte enfrentado a una situación social es completamente normal. Por ello, no te culpes. No te dejes consumir por ese dolor que te produce, porque...
4. El dolor es tu amigo
El agotamiento emocional te generará pensamientos intrusivos como "no valgo para esto", "no voy a mejorar nunca", o incluso "soy demasiado sensible". Es muy importante que entiendas que,
Eso es completamente normal y forma parte del proceso.
¿Qué sucede después de una sesión intensa de ejercicio de la que tu cuerpo no está acostumbrado? Que tienes agujetas. Te duele el cuerpo, te sientes débil... Pero te haces fuerte.
El dolor emocional implica exactamente lo mismo. Te percibes débil, porque sientes que es algo que te supera. Sin embargo, te estás volviendo cada vez más fuerte.
Si te encuentras depresivo, con pensamientos intrusivos que te generan mucha tristeza... Entiende que eso que sientes es completamente normal y es una muy buena señal. Si eso no pasara, no estarías en el proceso de transformación.
Uno de los principales factores que contribuyen al dolor muscular es el daño muscular microscópico. Durante el ejercicio intenso, especialmente si implica contracciones musculares excéntricas (cuando el músculo se alarga mientras se contrae), se producen pequeñas lesiones en las fibras musculares. Este daño desencadena una respuesta inflamatoria en el cuerpo, lo que provoca dolor y sensibilidad en los músculos afectados.
Cuando te sientas mal, piensa que ahora eres más fuerte. La próxima vez, te dolerá menos y te sentirás menos fatigado. Aunque tu mente quiera hacerte creer que es mala decisión seguir por el camino que has empezado a tomar, debes saber que estás eligiendo el mejor camino que podrías tomar.
Lo que sientes ahora no es depresión, no está mal. El dolor es bueno. Actúa como si estuvieses haciendo ejercicio. Recuerda seguir los pasos anteriores (ser constante y descansar cuando sea necesario).
No tengo miedo al dolor, porque este me hace más fuerte cuando soy capaz de comprender de donde viene y por qué se manifiesta.
Entiende tus emociones y te volverás poderoso.
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