La vida es injusta. Hay veces que por mucho que queramos cambiar la realidad, nos es imposible. Hay cosas sobre las que podemos influenciar y otras en las que nuestra mano apenas ejerce presión alguna. Frustra, pero es así.

Tu jefe puede despedirte hoy, ¿te vas a quejar? Sabes que tú vales más y ese despido es injusto, pero, ¿qué puedes hacer al respecto?

Puede que no tengas trabajo y te acaban de rechazar en una entrevista. Injusto, ¿verdad?

O quizás tu pareja te haya dejado de la manera más miserable posible... O quizás te acabes de dar cuenta de que lleva poniéndote los cuernos durante dos meses.

Quizás haya salido a la luz una segunda versión que no conocías de tu mejor amigo, quizás te haya traicionado de la manera más ruin posible.

Puede que haya fallecido algún familiar tuyo recientemente y te sientas mal por ello. "La vida es injusta" te repetirás.

Sin embargo, es algo que ya no puedes cambiar.

Duele, lo sé. Duele mucho.

justicia

Puede ser, por último, que tengas un problema de salud que te impida realizar ciertas actividades con normalidad.

En definitiva, recuerda que:

A todo el mundo.

Todo el mundo vivimos injusticias. Todos sentimos esa frustración y esas ganas de gritarle al mundo "¡No me merezco esto!".

¡A todos nos pasa!

Pero, adivina...

No mucha gente tiene la osadía de...

Plantarle cara a la injusticia.

Cómo plantar cara a la injusticia

La mayoría de la gente hace lo siguiente:

  1. Le ocurre una injusticia.
  2. Se queja por ello.

¿De qué manera puedes enfrentar esa injusticia? Hacer algo radicalmente distinto:

  1. Te ocurre una injusticia.
  2. Haces que esa injusticia sea menos justa.

Es decir. Cuando te ocurra una injusticia, nunca dejes que esta te paralice por completo. Que sea injusto es algo que sabemos todos y tú no puedes hacer mucho por cambiar esa situación. Lo que sí que puedes hacer es aumentar tus probabilidades de justicia.

A mayor injusticia, más justicia

Esto tiene más sentido de lo que a primera vista pueda parecer. Si algo es injusto, significa que tú no te merecías ese resultado. Por lo tanto, cuantas más veces luches por obtener dicho resultado, más probabilidades hay de que lo obtengas.

Te pondré un ejemplo.

Cuando te rechacen en esa entrevista de trabajo injustamente. Mejora. Hazte más bueno. Aprende más y fórmate más. Y, por supuesto, haz muchas entrevistas. Finalmente, estarás aumentando las probabilidades de que te admitan en un puesto de trabajo decente. Quizás, mejor puesto del que hubieses podido optar en primer lugar si te hubiesen llegado a admitir. Viéndolo de esta forma, te habrían hecho un favor al no admitirte inicialmente.

¿Es realmente una injusticia?

Es importante que te hagas esta pregunta. Algunas veces podemos señalar de injusticia algo que no tiene por qué considerarse injusto. ¿Es realmente injusto lo que te está pasando?

Algunas de las cosas que te suceden son simplemente injustas. Otras, por el contrario, pueden disfrazarse erróneamente de injustas cuando en realidad tú podrías haber hecho más al respecto por cambiar su resultado.

Volviendo al ejemplo del trabajo. Puede que pienses que tú has hecho una entrevista brillante. Pero conviene que te preguntes si podrías haberlo hecho mejor.

justicia

El cambio depende de nosotros en mayor o menor medida. Quizás te has esforzado demasiado en algo poco importante y deberías de haberle dedicado un poco de ese tiempo a algo menos importante pero sustancial para lograr ese resultado deseado.

Por ejemplo, tienes cuatro exámenes y dedicas la mayor parte de tu tiempo a prepararte el más difícil, dejando de lado los otros tres.

Puede parecer simple, pero no lo es tanto. Las personas tenemos la arraigada manía de autosabotearnos. A mí me ha pasado y a ti seguramente también.

Se autocrítico. Y no dejes que eso te detenga.

En el caso de que sea una injusticia, ya sabes lo que hacer

  1. No dejes que la injusticia te desanime.
  2. Resiste. Ten mentalidad estoica y utiliza esas injusticias para hacerte más fuerte.
  3. A mayor injusticia enfrentas, mayor control de tus emociones. Esto aumentará tu locus de control interno y te hará brillar cada vez más.

Ejerce presión. Mucha más presión que la propia injusticia.

Por mucho que duela, el árbol acabará dándote sus frutos si sigues cuidándolo.